PRÓLOGO DEL LIBRO
Máscaras. Si aún queda llanto en tus ojos, título que retoma aquel hermoso verso que inmortalizara Octavio Campero Echazú, es un libro que reúne cuentos que fueron parte de una Tesis Creativa de Licenciatura que la autora defendiera en la Carrera de Literatura de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UMSA, y que fuera aprobada con distinción máxima.
Los cuentos de Máscaras. Si aún queda llanto en tus ojos se articulan en torno a la fiesta, a la música, al baile, a la cadencia de cuerpos que se encuentran y separan pero que siempre están en constante roce, como llamándose, como percibiéndose en actitud febril. Hay siempre en estas narraciones un registro de picardía erótica, por momentos agresiva, que sitúa a esta cuentística al lado de esa generación de narradoras que hace su aparición en el concierto de la literatura boliviana hacia fines de la década de los años 90 y que irrumpe con una nueva actitud: alta y profunda sutileza, dotada de una potencia que no titubea a la hora de representar una sensualidad desbordante cuyo lenguaje se resuelve por los contrastes, las contradicciones, los sentidos divergentes, los conflictos internos, pero también por un humor y una ironía que con incisiva simpleza explora en almas empecinadas en el día a día, en el más cotidiano de sus quehaceres.
Si alguna justificación conceptual podemos encontrar a esta escritura, una sin duda podría ser la búsqueda del ajayu en la vida diaria, es decir, en la adrenalina, la dualidad, la memoria del cuerpo, desde un cuerpo andrógino que no reconoce fronteras. Paralela a la homologación ajayu/escritura, se encuentra otra no menor en los textos de Ana María Grisi: aquella que tiene que ver con la búsqueda del ajayu en el baile, concebido este último como catarsis, como un juego corporal que hace posible que el ajayu encuentre su escritura o la escritura su ajayu. Y este juego no es imaginable sin la dualidad, sin la conquista, la reconquista y el coqueteo, así como tampoco es imaginable una escritura (digamos, el cuento) que no contenga otra: un cuento cuenta siempre dos historias, nos dice Ricardo Piglia. La primera de esas historias es aquella que se describe y se puede resumir en un par de líneas. La segunda es una cifrada en la primera, la que nunca se cuenta, la que es simple alusión: el cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto.
No me cabe duda de que Máscaras. Si aún queda llanto en tus ojos se constituye en un nuevo aporte que se suma vigorosamente a un proceso de reorientación lingüística y semántica que desde las postrimerías del siglo XX viene proponiendo, una vez más, la fértil tradición de la cuentística boliviana contemporánea.
Juan Carlos Orihuela
Máscaras
Si aún queda llanto en tus ojos
Ana María Grisi R.O.
Plural Editores
La Paz, 2009